Cuatro cosas que puedes hacer en Montjuïc
Montjuïc es una colina que se alza en el extremo sur de Barcelona, junto al mar, y uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. La celebración de los Juegos Olímpicos de 1992 implicó una transformación de este espacio, que se convirtió en la zona verde que conocemos hoy en día. En esta entrada del blog, te decimos cuatro cosas que puedes hacer en Montjuïc.
Vibra en el estadio olímpico Lluís Companys
Descubre el estadio que albergó la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de 1992. Ahora mismo, mientras el Camp Nou sigue en obras, el Barça juega sus partidos como local en este estadio (puedes comprar tus entradas en esta web). Otra oportunidad de acceder al recinto es asistir a un concierto. Por ejemplo, el próximo verano, Imagine Dragons hará parada aquí.
Visita el castillo de Montjuïc
En el punto más alto de la colina, se alza el castillo de Montjuïc. La atalaya ubicada en su interior data del siglo XVII. Posteriormente, se fue construyendo el resto de la fortificación. Uno de los episodios más negros de su historia se vivió durante la dictadura franquista, cuando más de 4.000 presos republicanos y catalanistas fueron ejecutados, el entonces depuesto presidente de la Generalitat, Lluís Companys, entre ellos (de ahí el nombre del estadio olímpico), en este castillo.
Inspírate en el MNAC
Si lo tuyo es el arte, no puedes dejar de visitar el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC). Además, el paseo desde la plaza de España hasta el palacio donde se halla el museo merece mucho la pena. El MNAC destaca por su colección de arte románico, una de las más completas del mundo. Aunque también cuenta con una amplia colección de arte moderno, que incluye piezas modernistas de Antoni Gaudí, entre otros.
Piérdete en sus caminos y parques
Si por algo destaca Montjuïc, es por ser uno de los grandes espacios verdes de la ciudad. En esta colina hay 739 especies de plantas y 288 de árboles identificadas, anidan más de 60 pájaros diferentes y encontramos hasta 27 tipos de mariposas. Los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer, por ejemplo, son un lugar excelente para encontrarte con toda esta biodiversidad, pero hay muchos más. Solo tienes que ir y pasear sin un rumbo fijo y los descubrirás.